Pronto estarás allá afuera, en el mundo real
nuevamente. Encontrarás que es el mismo mundo de
entonces con los mismos problemas.
No importa donde vivas, todavía tendrás tu
parte correspondiente de esos problemas. Más el problema
que puede hacer todos los otros aparentar más
grande de lo que realmente son.
No eres la única persona que se ha enfrentado
con el problema de beber. Hay aproximadamente
2,000,000 de nosotros que ya no estamos solos.
En 1935, dos hombres vieron que el alcohol
había arruinado sus vidas. Sabían que los mataría si no
dejaban de tomarlo. Querían parar, pero no podían hacerlo
solos.
Sus familiares, amistades y médicos no
podían hacerlo por ellos. No había pérdida personal, o
calamidad suficientemente grande, ni amenaza,
tratamiento o curación suficientemente fuerte para hacer a
ninguno de los dos parar de tomar. La fuerza de voluntad
tampoco dio resultados. Las numerosas y sinceras promesas
que se habían hecho a sí mismos, fueron quebradas
una y otra vez, sobre ese primer trago.
Cada uno de los dos hombres fue diagnosticado
como un caso perdido de alcohólico. Peor aún, se
veían a sí mismos como casos perdidos. Hasta que se
encontraron.
Por rara coincidencia se conocieron y
comenzaron a compartir sus experiencias comunes con el
alcohol. Se dieron cuenta de que comprendían los problemas
de cada cual mejor que sus familiares, amistades y
médicos. Esta mutua comprensión les dio las fuerzas que
cada uno necesitaba desesperadamente para rechazar el
primer trago que siempre había preparado el terreno para
el desastre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario